Es increíble que ha pasado casi un año de este viaje y yo sigo sintiendo que fue hace tan sólo unos meses. Con esto compruebo que es cierto aquello que dicen: que lo bien vivido nunca se olvida, y con esto en mi cabeza es como llegamos a este post que habla sobre la tercer parada dentro de Tailandia y uno de los lugares favoritos de los viajeros que eligen este país: sus playas!
Debo confesar que esta parte del itinerario fue una de las más difíciles de armar para mí, ya que había tanto por ver y tanta información en internet, que en momentos sentía que, en lugar de ayudarme, sólo me abrumaban con tanto y sin saber que elegir.
Si tú, igual que yo en su momento no sabes ni por donde iniciar, es importante mencionar que hay dos grandes áreas de playa por llamarlo de alguna manera en Tailandia: las playas del Golfo de Tailandia (Koh Samui, Koh Phangan, Koh Tao, etc..) y aquellas del lado del Mar Andamán (Phuket, Krabi, islas Phi Phi).
Para tomar una decisión acertada sobre a qué playas ir (si es que el tiempo no te alcanza para todo), mi recomendación es hacerlo en función de la temporada en que se visita. En este caso, nosotras viajamos en noviembre 2018, y para esas fechas el clima estaba mejor en la zona del Mar Andamán.
Una vez tomada la decisión, decidimos hacer base en Ao Nang, una ciudad que se encuentra a 30 minutos aproximadamente desde Krabi, y que sirve como el punto central y de conexión hacia todas las playas de la zona.
Es recomendable quedarse aquí ya que los precios son más bajos en comparación con los hospedajes dentro de las Islas o de Krabi incluso, y como ya mencioné, desde aquí puede visitarse todo perfectamente.
En Ao Nang estuvimos 3 días y nos hospedamos en un hotel llamado Rooms Republic, el cual estaba bien ubicado, limpio y barato. Como realmente solo lo queríamos para dormir, este hotel nos funcionó bastante bien. Se encuentra en una zona rodeada de restaurantes y tiendas, además queda a tan sólo una cuadra del Ao Nang Night Market, un lugar que también recomiendo y que fue el primer lugar que visitamos en la ciudad. Es ideal para comer y tomar algo, hay música en vivo y pequeños puestos con souvenirs y artesanías de marcas locales.
Para conocer y aprovechar el tiempo lo más posible, decidimos hacer un tour de cada una de las opciones posibles en Ao Nang, y lo dividimos de la siguiente manera:
Día 1. Tour con Thalassa Tours
Aunque normalmente no me gusta tomar los tours comerciales y prefiero hacer todo por mi cuenta, he aprendido que hay lugares donde realmente tienes que hacerlo, por varias razones y Tailandia es un lugar donde esto aplica al 100%.
La primer razón es que Tailandia es un país DE MA SIA DO turístico, sus paradisíacas playas y los bajos precios en comparación con destinos similares han hecho que este lugar sea un paraíso LITERAL para todos. Entendiendo esto, comprenderás mejor que encontrar playas vacías es realmente un arte. Un arte que tú como viajero en 2 días no aprenderás a dominar y que puede frustrarte la experiencia si no lo planeas bien.
La segunda razón es el tiempo. Si tú estás realizando un viaje en plan mochilero es posible que tengas todo el tiempo del mundo y puedas aprender y experimentar todo esto sobre la marcha, pero si como yo, sólo vas de pasadita, lo que querrás hacer es exprimir tus días al máximo, ver lo más que se pueda y perdiendo el menor tiempo posible.
La tercera razón es la que yo consideré como la más importante y la razón por la cual elegimos Thalassa. Esto es la autenticidad que tienen (o no) las agencias y el empeño que ponen en garantizar que la experiencia sea única.
OJO. No es que yo crea que los tours sean malos, lo que creo que quita valor es ofrecer lo mismo que todos los demás. En el momento en que un tour se preocupa más por ganar dinero que por la experiencia que las personas se van a llevar, la palabra tour se desgasta.
Es lo mismo que la palabra turista, que actualmente está muy desvalorizada ya que ha perdido su significado real. En realidad, si buscas en un diccionario, la palabra turista significa: Persona que visita o recorre un país o lugar por placer. Es decir, todos los viajeros, mochileros o como quieras llamarle, somos turistas. Sólo que, con el pasar de los años, la palabra ha sido relacionada más a un sentimiento negativo y cayendo en un cliché: el visitante que no sabe ni a qué va, que se mueve en tours comerciales, que no investiga, que no cuida los lugares que visita, que toma la foto y ya.
Me he desviado del tema, pero es para darles un contexto de que tomar en cuenta a la hora de elegir un tour. En fin, después de mucho investigar nos decidimos a viajar con Thalassa Tours en nuestro primer día. Vimos muchos buenos comentarios (si no es que todos) en varias páginas y blogs y aunque el precio era más elevado que otras agencias, no quisimos quedarnos con las ganas y contratamos el tour de las 4 Islas.
Este tour inició a bordo de un longtail que es el barco tradicional tailandés y donde nos reunimos con el resto de los grupos que integraban el tour semi privado que elegimos. El más grande era un grupo de España que resultó bastante divertido a lo largo del día. En total fuimos no más de 15 personas.
En el recorrido que prácticamente duró todo el día, visitamos la famosa Chicken Island, isla que lleva su nombre derivado de la forma que tiene y que parece una cabeza de pollo a la distancia.
Después, buceamos en la isla de Koh Sii, considerada uno de los mejores puntos de buceo y snorkel de la zona. Esta parte fue una de mis favoritas ya que el agua tiene mucha visibilidad y pudimos ver gran variedad de peces y corales.
De ahí, continuamos hacia Poda Island y Tup Island, dos islas de arena blanca que nos tocaron prácticamente para nosotros solos y donde comimos y disfrutamos de un cielo increíble (se los juro, no estoy exagerando).
Después de esto nos dirigimos a otra de las partes más populares de la zona de Ao Nang: Railay Beach y la Cueva de Phranang, una cueva conocida por la gran cantidad de símbolos en forma de pene en honor a la diosa fertilidad, y que, aunque es muy famosa, a mí no me pareció que tuviera tanto chiste la verdad.
En Railay Beach, disfrutamos del atardecer, snacks y música en vivo cortesía de nuestro guía, fue un momento de relajación donde pudimos apreciar las primeras estrellas que aparecían y que nos acercaba al final del tour y a uno de los principales motivos por lo que lo elegimos: hacer snorkel nocturno entre plancton fluorescente.
Es irónico pensar que esta fue la principal actividad que nos motivó a contratar el tour y al final no la pudimos hacer. Aquí les va mi triste historia, eran alrededor de las 8:00 pm, cuando nos pusimos el equipo de snorkel y nos lanzamos al agua para ver el tan esperado plancton fluorescente.
El gusto me duró 1 segundo, ya que apenas y alcancé a ver el plancton (lo que recuerdo era que brillaba bonito jajaja) cuando sentí que algo me quemaba la pierna. Empecé a gritar como loca y rápidamente el guía me ayudó a salir del agua. La verdad es que me dolía muchísimo y me daba miedo hasta bajar la mirada a ver lo que me había pasado. Yo juraba que ya no tendría pierna, pero afortunadamente sólo fue una picadura de medusa.
No cuento esto con el afán de asustarlos, pero aquí entra otra de las razones por las cuales también es recomendable utilizar una agencia especializada y que conozca la zona y que muchos viajeros dejamos de lado: la seguridad.
Cuando realizamos actividades de este tipo nos exponemos a situaciones como ésta, las medusas son comunes en esta zona, sobre todo en años recientes que se ha presentado una sobrepoblación debido al calentamiento global (y esto es culpa nuestra) y que debemos tener en cuenta. Recordemos que hay que respetar la naturaleza, los que invadimos el hábitat de los animales somos nosotros, y las medusas no son animales que ataquen por naturaleza a los seres humanos. Simplemente puede suceder que, por accidente (como fue en mi caso) te enredes con una.
Este fue uno de los casos en que pensé “Todo pasa por algo” y afortunadamente cuando me pasó estaba con guías que sabían que hacer y que me ayudaron a darme los primeros auxilios.
Claro que en cuanto empecé a gritar todos salieron asustados del agua, regresamos de inmediato a Ao Nang y les arruiné el paseo a todos jaja.
El trauma me duró varias horas, pero con las recomendaciones que me dieron logré bajar el dolor y continuar el viaje durante los siguientes días.
Para terminar con este primer día, y dejando de lado mi incidente con la naturaleza, este día estuvo padrísimo. Vimos mucho más de lo que hubiéramos realizado por nuestra cuenta y el recorrido que tuvimos nos pareció excelente. Los puntos más destacables para mí y lo que más me gustó de Thalassa fue que los grupos que manejan son reducidos, nos incluyeron todo el equipo para las actividades, la comida y snacks estaban muy ricos, los horarios que manejan son diferentes al resto de las agencias, por lo que nos tocó visitar varias playas donde prácticamente no había nada de gente a excepción de nosotros, nos tocaron compañeros de tour muy divertidos, y por supuesto la atención y la ayuda que nos brindaron significo muchísimo. MIL GRACIAS!
Si tienen la oportunidad, les recomiendo realizar al menos un tour con ellos, ¡no se van a arrepentir!
Día 2. Tour por nuestra cuenta
El segundo día quisimos hacerlo a nuestro ritmo y decidimos irnos en ferry a las Islas Phi Phi (Desde Nopparat Thara Pier hacia Tonsai Pier), y la verdad es que nos tomó bastante tiempo, alrededor de 2 horas en llegar.
Como nuestro plan era ir y venir el mismo día, nos resultó cansado y sobre todo no tan aprovechado el tiempo en comparación con el día anterior.
Ir en ferry no es una mala opción, pero el último ferry de regreso a Ao Nang sale a las 3:30 pm (muy temprano) por lo que sólo pudimos estar unas horas y no todo el día como teníamos planeado inicialmente. Si realmente quieres conocer las islas Phi Phi recomiendo quedarte al menos una noche para que puedas aprovechar mejor el tiempo en sus alrededores.
En lo particular, la isla principal: Phi Phi Don, que es a donde llega el ferry, no me gustó. Es una isla MUY turística, llena de tiendas, souvenirs y hasta Mc Donald’s (¿WHAT?) digamos que no es precisamente lo que esperas encontrar en una isla.
Lo que dicen que sí vale mucho la pena y nosotras no hicimos (en parte por el tiempo, en parte por mi picadura de medusa que todavía me ardía de repente) es tomar una de las excursiones que te ofrecen en la playa y en donde te llevan a las demás pequeñas islas que conforman Phi Phi (en realidad se le llama Phi Phi Islands a un conjunto de 4 islas, siendo Phi Phi Don la principal y más grande).
Estas excursiones también te llevan a Maya Beach, que es la playa más famosa de la zona por ser la de la película “The Beach” donde aparece Leonardo Di Caprio, y que, desgraciadamente por el exceso turismo y el daño causado por el mismo, se encuentra cerrada al público y sólo se puede ver desde la lancha.
En nuestro caso, como ya mencioné, no hicimos nada de lo anterior y nos quedamos descansando y bronceándonos en la playa. Aunque la isla en sí no me gusto, la verdad es que la playa es bonita, muy tranquila, sin olas y perfecta para estar incluso sentada. Este, sin duda, fue el día de relax que necesitaba para recuperarme.
Por la tarde regresamos a Ao Nang y la pasamos en el malecón, paseamos por varias tiendas, cenamos e incluso fuimos a un bar a conocer un poquito de la vida nocturna tailandesa.
Día 3. Un tour de “kioskito”
En cuanto pongas un pie en Ao Nang sabrás de lo que te hablo. En cada esquina (LITERAL) hay kioskos que te ofrecen los mismos tours uno del otro. Decidimos ir en uno de estos ya que ese día por la tarde teníamos nuestro vuelo hacia la ciudad de Chiang Mai, y necesitábamos un tour express que nos llevara a conocer otras playas antes de nuestra partida. Así que nos mentalizamos a que sería eso o nada y escogimos el recorrido a las Hong Islands.
Tomamos un tour de aproximadamente 4 horas que nos llevó a varias islas: Pakbia Island, Hong Lagoon, Hong Island y un par de pequeñas islas alrededor.
El tour fue mejor de lo que esperábamos en el sentido de que fuimos de los primeros barcos en llegar a la Isla Hong y pudimos disfrutarla un rato antes de que llegara todo el gentío. Ahí el agua es clara y se pueden ver peces (y medusas) fácilmente.
En las demás islas si nos tocó mucha gente, ya que como comenté, la mayoría de estos tours manejan los mismos horarios y las playas son relativamente pequeñas para todo el turismo que reciben. La laguna Hong es muy bonita, pero estos recorridos sólo te dejan verla desde la lancha y no te permiten bajar, es únicamente para que la conozcas y puedas tomar fotos.
Estos tours de kioskito son los típicos comerciales a los que me refería anteriormente y sólo lo recomiendo si como nosotras tienen el tiempo limitado, de lo contrario les aconsejo hacerlo por su cuenta o con Thalassa Tours.
Lo que si no puedo negar es que las playas y paisajes de Tailandia hablan por sí solas, así que como sea, de cualquier manera, lo van a disfrutar.
Nosotras terminamos felices este día, y corriendo como siempre, nos dirigimos al aeropuerto para nuestra siguiente parada y una de mis favoritas de todo el viaje: Chiang Mai. ¡Esperen pronto el post con la información de esta ciudad!
Que nice la crónica. Lo de las fotos de los atardeceres, es una salvajada visual. Que buenas memorias te has llevado.
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