Solita en Colombia

Hace un año justamente me encontraba en Colombia, mi llegada a ese país fue en realidad una casualidad, ya que decidí ir ahí por el simple hecho de que nunca había estado anteriormente. Me encontraba abierta a la idea de visitar cualquier lugar, y por azares del destino encontré un vuelo muy barato en Aeroméxico que decidí aprovechar.

Al principio, busqué compañía para hacer el viaje, pero como los tiempos de nadie se acomodaron con los míos  decidí que viajaría sola.

Claro que la primera reacción de mi familia fue preocuparse un poco, la idea de que fuera totalmente sola a Colombia y sin conocer a nadie no les causaba mucha emoción… En cuanto a otras personas, lo primero que me preguntaron fue si ese viaje no me daba miedo, principalmente por dos razones:

1. por ser mujer y viajar sola y 2. por que el país de destino era Colombia.

A esto tengo que decir que siendo de Tijuana entiendo lo que es pertenecer a una ciudad que tiene una mala reputación y mala fama, y precisamente por eso decidí darle una oportunidad a este país, cosa que al día de hoy no me arrepiento.

Mi primera parada fue Medellín, en donde en realidad sólo estuve dos días ya que volvería después, y ahí me recibió una pareja de colombianos (Marco y Tati) a quienes había contactado por medio de un amigo. No los conocía, únicamente habíamos hablado por whatsapp en un par de ocasiones, pero ellos muy amablemente se ofrecieron a ir por mi al aeropuerto y fueron mis guías durante todo el fin de semana.

Lo primero que conocí fue Guatapé, un poblado que está a 2 horas de Medellín muy bonito y colorido, éste fue mi primer encuentro con Colombia ya que en cuanto salí del aeropuerto y me recibieron nos fuimos directamente hacía allá.

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Ahí se encuentra la piedra del Peñol, una piedra enorme que sirve como mirador a la represa de Guatapé, tiene 700 escalones y aunque el recorrido es cansado (sobre todo si es un día en el que hace mucho calor), la vista que se tiene al llegar a la cima hace que valga la pena.

Durante ese fin que pasé con Tati y Marco también fuimos a visitar las fincas de sus familias, las cuales son básicamente casas de campo en las montañas alejadas de todo el bullicio de la ciudad. Ahí me recibieron increíblemente bien, con una comida colombiana la cual no puedo recordar el nombre, pero lo que si recuerdo es que estuvo deliciosa, casera y sin duda fue una de las mejores que tuve durante ese viaje.

Después de eso tomé un vuelo a Cartagena, también llamada la la ciudad amurallada, la cual recuerdo por sus colores, flores, su muralla y el calor que en esa ocasión me tocó vivir.

Como viajaba sola decidí quedarme en hostales, esto porque me sentía mas segura que en un hotel, además de que es una forma de conocer gente, sobre todo mochileros que van en el mismo plan que tú.

Me quedé en un hostal llamado El Viajero, muy céntrico del cual llegaba prácticamente caminando a todos lados, y durante el 1er día tomé un walking tour donde conocí a Paula, Carolina y Anne.

Resultó que Anne (quien es una alemana que habla muy bien español) se hospedaba en el mismo hostal que yo, mientras que Carolina y Paula son 2 amigas brasileñas que viajaban juntas y también se hospedaban por la zona. Ese mismo día conocí a Kerry, y de pronto,en mi 3er día en Colombia ya éramos 5 niñas que viajaríamos juntas durante los siguientes días.

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Algunas de mis recomendaciones si se va a visitar Cartagena (Y basado en lo que yo hice) son:

  • Tomar el walking tour en donde te van explicando un poco de la historia de la ciudad mientras recorres sus lugares principales. Es totalmente gratis, puedes elegirlo en inglés o español y al final tu le das la propina que consideres al guía.
  • Visitar playa blanca. Las playas de Cartagena no son bonitas por lo que si se quiere ir a una playa de agua cristalina y arena blanca esta es una buena opción. Yo me quedé con ganas de ir a San Andrés, pero por la distancia no lo hice, sin embargo playa blanca es de fácil acceso desde Cartagena y se puede ir por barco o por tierra. Prácticamente te ofrecen tours para ir ahí por toda la ciudad.

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  • Ver el atardecer en Café del Mar, un Restaurante-Bar ideal para disfrutar de la vista sobre la muralla que rodea la ciudad. Después de ver el atardecer recomiendo pasear por los alrededores de la muralla, donde hay varios spots bonitos, incluso algunos que se dice que Gabriel García Márquez utilizaba para sentarse a escribir.
  • Visitar el castillo San Felipe de Barajas, uno de los principales emblemas  y atractivos turísticos de la ciudad el cual se encuentra a 10 minutos del centro histórico de la ciudad.

Continuando con el recorrido, después de Cartagena nos dirigimos a Santa Marta (Como les mencioné anteriormente conocí a 4 niñas que iban a los mismos lugares  que yo, por lo que decidimos viajar juntas) la cual fue la puerta de entrada para llegar al Parque Tayrona que es a donde queríamos ir.

Nos fuimos por medio de una companía de autobuses llamada Marsol la cual te recoge directamente en tu hotel y el recorrido a Santa Marta dura aproximadamante 4:30 horas.

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En Santa Marta nos hospedamos en un hotel padrísimo llamado Masaya, el cual, aunque era un hostal realmente parecía un hotel, estaba amplio, bien ubicado y con bonitas instalaciones. Cuenta con hamacas, cocina y alberca en el área de la terraza, desde donde se tiene una vista de la ciudad.

Ahí en Santa Marta recorrimos el centro de la ciudad donde hay muchos restaurantitos y barecitos donde disfrutamos la noche. Santa Marta es muy animada de noche por lo que si se tiene oportunidad recomiendo pasar una noche ahí.

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De ahí nos dirigimos al Parque Tayrona, el principal atractivo de Santa Marta. Este parque nacional es famoso por sus playas y es uno de los principales de Colombia (Si, es el de la canción de la bicicleta). No en todas las playas está permitido nadar, esto por la intensidad del oleaje. Nosotros decidimos quedarnos en Cabo San Juan, uno de los principales lugares de este parque al cual se tiene que caminar un largo rato entre los senderos para poder llegar (1 hora aprox).

En esta playa si está permitido nadar y está la opción de quedarte a dormir ya sea en hamaca o en casas de campaña. Nosotras elegimos dormir en hamacas, moría por hacerlo, y la verdad fue la mejor opción, ya que nos tocó una temporada muy calurosa. Las hamacas te las rentan por noche (recuerdo que costaban como 10 dlls o algo así, es súper barato), y ahí dormimos en shorts y camiseta, eso sí, con mucho repelente! En este lugar no hay prácticamente nada, por lo que es importante considerar llevar lo necesario ya que sólo hay una tiendita de abarrotes que vende lo básico y un restaurante que es prácticamente una palapa con mesas y sillas.

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Tayrona definitivamente es una parada obligatoria, sus playas son muy bonitas, y al menos en la temporada que yo fui (Septiembre) estaban prácticamente vacías a excepción de Cabo San Juan. Vale la pena invertirle algunos días para poder disfrutarlas!

En este punto, las niñas y yo nos separamos para continuar con los planes que cada una de nosotras teníamos.

Yo regresé a Medellín, ahora si para invertirle tiempo y conocerla. Medellín es una ciudad muy curiosa, se encuentra rodeada de montañas y colinas, y la ciudad prácticamente se encuentra al centro de todo, es como si estuviera en un hoyo rodeado de hermosos paisajes.

Medellín, aunque no es la capital, es como si lo fuera, es una ciudad que ha ido creciendo y desarrollándose mucho en los últimos años y se ha posicionado para mucha gente como la preferida por encima de Bogotá que es la capital.

Ahí me hospedé en un hostal llamado Happy Buddha, el cual se encuentra en el área de El Poblado. Yo les recomiendo mucho hospedarse por esta zona, es un área muy turística, segura y donde hay muchos restaurantes, cafés y bares. Ademas tiene una estación de metro y autobuses cerca a la cual yo me iba caminando, por lo que está bien comunicada y conectada con el resto de la ciudad.

El hostal está muy bien si se quiere un ambiente de fiesta, tiene un bar abierto durante toda la semana y sala de juegos, las instalaciones también están padres y bien cuidadas, y en cuanto al servicio les digo que hacen muchos tours de fiesta por la zona y los niños de recepción son muy amables. Además de esto, es uno de los hostales más populares, por lo que siempre hay mucha gente, gracias a este hostal no estuve sola ni un solo día en Colombia ya que todos los días conocía gente nueva.

Me fui con el mejor recuerdo de Medellín, la gente es muy amable y cálida, y me pude dar cuenta de que tienen a los mexicanos en un muy buen concepto, todo el día se escucha reggaeton, salsa y vallenato en todas partes (Créanme que fui muuuuuy feliz) y es una ciudad que pese a los problemas sociales del pasado, han logrado poco a poco salir adelante.

Algunas de las cosas que no pueden dejar de hacer si visitan Medellín son:

  • Volar en parapente. Esta es una de las actividades principales e ideales para hacer en Medellín producto de su geografía. Desde ahí se tienen vistas súper bonitas del valle y de toda la ciudad. Puedes elegir entre 15 o 30 minutos de vuelo y también puedes incluir video y fotografías opcionales. Padrísimo!

 

  • Tomar un delicioso café. Juan Valdéz es el más popular de Colombia, pero a mi punto de vista ya todo está muy industrializado y viene a ser un Starbucks colombiano. Vale la pena probarlo pero más por tradición que por otra cosa. Mi favorito sin duda fue el Café Pergamino, éste lo pueden encontrar ahí mismo en la zona de El Poblado, me gustó mucho y dediqué varias tardes a leer ahí, incluso compré para traer a casa, súper recomendado!

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  • Tomar el walking tour gratuito. Es igual que al que tomé en Medellin, te llevan a los lugares principales y emblemáticos de la ciudad y te cuentan un poco de su historia. En este tipo de tours no les encanta tocar el tema del narcotráfico, ya que para los paisas (como se le llama a la gente nacida en Antioquia) es algo que ven como algo de su pasado que buscan dejar atrás.

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  • Vivir la vida nocturna en Medellín. De verdad que si se está ahí, es parte de la experiencia visitar algún bar o antro de Medellín. Incluso si no te encanta ese tipo de lugares, también los hay para bailar (o ver bailar) salsa. Los lugares tienden a estar sobre saturados de luces y colores por todos lados, es como si fuera navidad todos los días del año (Y dicen que en Diciembre todo empeora jaja, de verdad que aman la navidad). El licor de la región es el aguardiente antioqueño el cual toman en shots y con gatorade (si, es muy raro). No fue mi tipo de bebida, pero igual ya que estaba ahí tuve que probarla.

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  • Probar el plato paisa. Es el platillo típico de la región,  el cual con solo verlo vas a estar lleno ya que lleva mil cosas: huevo, chorizo, arroz, arepas, frijoles, carne, plátano macho y aguacate. Lo venden por todos lados!
  • Visitar el jardin etnobotánico de la ciudad.Es un jardín con gran variedad de plantas y flores. Ahí vale la pena revisar el calendario ya que generalmente tienen eventos o exhibiciones que visitar en este lugar.
  • Dar un paseo en el teleférico. El teleférico vino a evolucionar Medellín, ya que permitió a la gente que vive en comunas y colonias alejadas en las colinas, conectarse de manera funcional y eficiente con la ciudad. Es uno de los principales orgullos de los paisas, el cual valoran y cuidan mucho. Las vistas que se tiene de la ciudad desde ahí merece la pena, además de que resulta un transporte muy económico.

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  • Visitar la la comuna 13. Esta anteriormente fue una colonia muy  peligrosa y conflictiva , sin embargo diversos programas sociales la impulsaron, convirtiéndola en lo que es ahora, un símbolo de evolución y mejora de la ciudad lleno de arte urbana.

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Con esto, les he tratado de resumir (y aun así fue un resumen muy largo), como fue mi experiencia.Viajar sola es una experiencia única, anteriormente ya lo había hecho pero por un período y una distancia más corta. Colombia representaba una logística mucho más elaborada que lo que había hecho anteriormente.

Decir que viajé sola es sólo el título ya que en realidad no hubo un día en que no conociera gente nueva. Una vez que emprendes un viaje te das cuentas que en cierto punto te vas a encontrar gente que comparte y que busca lo mismo que tú y a las cuales no les molesta compartir el camino contigo. Lo importante de esto es atreverse, claro que hay que tomar precauciones y no exponerse, pero como en todos lados. Yo tuve mucha suerte, conocí mucha gente que me aportó durante éste viaje, en el cual nunca me sentí sola, incluso pasé 2 días muy malos en los cuales me enfermé y lo único que quería era mi casa. En esos días me daba cuenta de que cuando estás abierto a las cosas buenas, todo llega solito y sin forzarlo. La gente correcta se aparecía en mi camino y yo no podía estar mas agradecida. Muchas Gracias a todos los que me ayudaron!

Cuando compré el boleto de esta aventura lo ligué a una frase de una canción de John Mayer la cual me encantó y es la misma con la cual quiero cerrar este post:

 “No tengas miedo de caminar solo, no tengas miedo de que te guste”.

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